Cuando un huracán se acerca, nuestro sistema nervioso entra en alerta máxima. El cuerpo libera cortisol y adrenalina, los pensamientos se aceleran y hasta el gato empieza a mirarte como diciendo: *“¿Y ahora qué, jefe?”*. Esto no es debilidad: es una respuesta evolutiva diseñada para sobrevivir. Pero… ¿cómo gestionarla sin que el miedo nos paralice? Aquí entran en juego varias teorías psicológicas clave:
🔵 Teoría del Afrontamiento de Lazarus y Folkman
Estos dos psicólogos propusieron que no es el evento en sí lo que nos estresa, sino cómo lo evaluamos. Si ves a Melissa como una amenaza incontrolable, tu ansiedad se dispara. Pero si la ves como un desafío que puedes preparar (¡y hasta sobrevivir con estilo!), activas estrategias de afrontamiento activo: revisar el plan familiar, proteger ventanas, organizar documentos. La clave está en la evaluación cognitiva secundaria: “¿Qué puedo hacer al respecto?”.