Oriente Medio, África y España. Digo lo que no vende, pienso lo que incomoda.
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للاشرار سيفي و اخواني تحت حماية اجنحتي
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Информация о канале обновлена 17.11.2025.
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🇩🇿 El caso Sansal y las infiltraciones: una advertencia que España podría aprender
En Argelia, el caso de Sansal se menciona con frecuencia como ejemplo de hasta qué punto determinados perfiles vinculados familiar o afectivamente con Marruecos pueden ascender a posiciones de gran influencia. No se trata de demonizar a nadie, sino de recordar una evidencia estratégica: la política es un espacio donde las lealtades importan, y donde ciertos vínculos personales pueden facilitar la entrada de intereses externos.
La sociedad argelina ha interiorizado esta lección porque la ha vivido. Sabe que existen redes que operan en nombre del Makhzen, que trabajan desde dentro, que buscan modelar discursos, suavizar críticas y abrir puertas estratégicas.
Lo relevante es que el argelino habla de esto sin miedo. Lo denuncia como parte de su deber ciudadano. Para él no es ideología, es autoprotección.
En España, en cambio, mencionar la existencia de agentes de influencia marroquíes —reconocidos incluso en informes de seguridad internacionales— implica quedar expuesto al descrédito público. Aquí, advertir sobre un riesgo real se convierte en un acto de resistencia social.
➡️ La cuestión central sigue siendo la soberanía
Este debate no se sostiene en emociones ni identidades. No es una cuestión religiosa, étnica ni cultural. No es convivencia ni integración.
La cuestión es la soberanía.
España —con un vecino que reclama territorio, presiona con la inmigración, infiltra redes de influencia y despliega estrategias de normalización de su narrativa— está obligada a defenderse. Y esa defensa no puede depender de la aprobación moral de quienes pretenden silenciar el problema.
Un Estado responsable actúa cuando:
sus fronteras están cuestionadas,
su integridad territorial es puesta en duda,
existe riesgo de penetración institucional,
y una potencia vecina utiliza la inmigración como herramienta geopolítica.
Argelia lo entiende así y no se avergüenza de decirlo. España, en cambio, vive atrapada en una autocensura que niega la posibilidad misma de discutir su propia seguridad.
➡️ Un silencio peligroso
Un argelino puede advertir sobre Marruecos sin que nadie lo acuse de nada. En España, hacer lo mismo —aunque sea con datos, informes y análisis profesional— te convierte en objeto de ataque.
La pregunta es directa y revela una grieta profunda:
¿Por qué España no puede nombrar una amenaza que otros países reconocen sin miedo?
Quizá porque, en nuestro caso, la presión no solo llega desde el exterior. Quizá porque una parte del problema ya está instalada dentro.
🤎 Ana Qtella | @anaqtella | https://t.me/anaqtella
🇩🇿 🇪🇸⚡🇲🇦 La petición argelina y el espejo que España se niega a mirar
La petición que circula en Argelia reclamando medidas firmes frente a la presencia irregular de ciudadanos marroquíes es el resultado de un proceso histórico en el que el Estado argelino y su sociedad han acumulado señales, episodios y patrones de comportamiento que han consolidado una convicción: la relación con Marruecos se desarrolla en un terreno donde la seguridad nacional está permanentemente en riesgo.
Argelia ha aprendido, con los años, que el conflicto con el Makhzen no se libra únicamente en las fronteras, sino también en ámbitos civiles, culturales y administrativos. Por eso, cuando los argelinos alertan sobre peligros de injerencia, lo hacen sin rodeos. Nadie los señala. Nadie los desautoriza. Nadie les exige justificar lo obvio. Aunque argelinos y marroquíes compartan idioma, religión y raíces, la frontera política y estratégica es real, y está marcada por décadas de tensiones, operaciones encubiertas, campañas de desestabilización y un proyecto marroquí que busca, sistemáticamente, interferir en los intereses argelinos. Ese mismo proyecto expansivo se refleja también en las reclamaciones marroquíes sobre tierras argelinas, mauritanas y malienses, reivindicaciones que resurgen de forma cíclica en su narrativa oficial.
En Argelia, este debate se ha integrado en la vida pública con naturalidad. Forma parte del análisis cotidiano. Es un tema que se discute en los cafés, en el Parlamento y en los espacios mediáticos. Nadie lo vive como un tabú y nadie teme levantar la voz para señalar riesgos. La sociedad argelina entiende que blindar el Estado es un acto de responsabilidad cívica.
🇪🇸 España: cuando la lucidez se convierte en delito social
El contraste con España es tan evidente que resulta incómodo. Todo aquello que en Argelia se expresa con claridad y sin reservas, en España se vive como un ejercicio prohibido.
Mientras Argelia discute abiertamente sobre la influencia marroquí, en España alertar sobre lo mismo es casi un acto de valentía personal:
Marruecos reclama Ceuta, Melilla, Canarias y amplias zonas marítimas españolas, incluso con discursos oficiales que califican estos territorios como “ocupados”.
Rabat instrumentaliza la presión migratoria como herramienta diplomática.
El Estado marroquí ha tejido redes de influencia dentro de España, desde asociaciones culturales hasta plataformas políticas, pasando por movimientos sociales e incluso posiciones dentro de administraciones municipales.
Además, utiliza la inmigración como vector de presencia y como mecanismo de normalización de los intereses del Makhzen en territorio español.
Estos hechos son verificables y están documentados. Sin embargo, en cuanto se mencionan, surge un reflejo automático: descalificación, insultos, intentos de silenciar la conversación y desviar el debate hacia un supuesto “racismo”. Todo ello como si reconocer una amenaza estratégica fuese un acto de intolerancia, cuando en realidad es un deber elemental en cualquier Estado que quiera preservar su integridad.
España vive, probablemente, una situación única en el mundo: un vecino que reclama parte de su territorio y, al mismo tiempo, una sociedad que penaliza moralmente a quien advierte sobre ello.
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🇪🇭 x 🇲🇦 Aniversario de la reanudación de las hostilidades
🇪🇭 Cada 13 de noviembre recuerda el momento en que el Frente Polisario anunció la reanudación de las hostilidades en 2020. No fue una decisión improvisada ni un giro repentino: fue el resultado inevitable de décadas de obstrucción, de un proceso de paz vaciado de contenido y de una comunidad internacional que permitió que la legalidad se diluyera entre maniobras diplomáticas y hechos consumados.
Para entender por qué el alto el fuego se rompió, hay que volver a Guerguerat y, aún antes, a medio siglo de estrategias destinadas a impedir que el pueblo saharaui ejerza el derecho que la ONU le reconoció hace ya más de 50 años.
🇪🇭 Medio siglo bloqueando el referéndum
El Plan de Arreglo de 1991 era inequívoco: alto el fuego y referéndum de autodeterminación.
Pero ese referéndum nunca llegó a celebrarse porque, desde el primer día, Marruecos desarrolló una estrategia orientada a impedirlo:
Manipulación del censo, intentando incluir a miles de colonos y tribus no saharauis.
Dilación diplomática, vetando o presionando a cada enviado de la ONU que intentaba reactivar el proceso.
Colonización demográfica, trasladando población al territorio ocupado para alterar la composición del electorado.
Explotación económica, fosfatos, pesca y energías renovables sin consentimiento del pueblo saharaui, generando dependencia y hechos consumados.
Desnaturalización de la MINURSO, bloqueando cualquier intento de dotarla de competencias en derechos humanos.
Mientras tanto, miles de saharauis llevan medio siglo viviendo como refugiados en Tinduf, víctimas directas de este bloqueo político.
🔫 Guerguerat: el punto de ruptura
Guerguerat es la prueba más evidente del deterioro del alto el fuego.
Según el Acuerdo Militar nº1, debía ser una zona desmilitarizada sin infraestructuras ni tránsito. Sin embargo, Marruecos abrió allí un corredor comercial hacia Mauritania y África Occidental, asfaltó carreteras, instaló gendarmes y convirtió el paso en una frontera de facto, completamente ilegal.
2016–2017: primeras crisis
Rabat amplió la carretera sin autorización; la ONU lo reconoció y el Polisario respondió desplegando fuerzas. La tensión se contuvo, pero no se resolvió.
2020: el colapso final
En octubre de 2020, civiles saharauis bloquearon pacíficamente el paso para denunciar su ilegalidad.
Durante semanas, la ONU no actuó.
El 13 de noviembre de 2020, Marruecos lanzó una operación militar, penetró en la zona tampón, desalojó por la fuerza a los civiles y amplió físicamente la brecha del muro. Fue la violación definitiva del alto el fuego.
Ese mismo día, el Frente Polisario declaró la guerra abierta.
🇲🇷 Una frontera cada vez más peligrosa
Desde 2020, Marruecos ha utilizado drones para imponer una zona de exclusión en el territorio, afectando no solo a saharauis sino también a ciudadanos mauritanos que trabajan en actividades como la minería artesanal.
En los últimos años se registraron múltiples ataques con drones en zonas como Azkoula, Aïn Ben Tili, El Guerguerat o Karzars, con decenas de mauritanos muertos y heridos. La cifra total de víctimas por ataques marroquíes desde 2020 supera ya las 300 personas, entre civiles saharauis y mauritanos.
La respuesta oficial de Nuakchot ha sido limitada, lo que ha generado críticas internas y tensiones bilaterales.
📌 El significado del aniversario
El 13 de noviembre no es un simple recordatorio de la vuelta a la guerra: es la prueba de que un conflicto no desaparece porque se lo silencie.
La guerra volvió porque el referéndum fue bloqueado durante tres décadas, el alto el fuego se debilitó hasta vaciarse, la ONU renunció a hacer cumplir su propio plan, y Marruecos prefirió imponer hechos consumados antes que permitir una solución justa.
Mientras no se respete el derecho del pueblo saharaui a decidir su futuro, la estabilidad en la región seguirá siendo una ilusión.
🩷 Ana Qtella | @anaqtella | https://t.me/anaqtella
🇸🇩 🇺🇸 EE. UU. estudia declarar terroristas a las RSF… después de tolerar durante dos años todo lo que hoy denuncia
La declaración de Marco Rubio afirmando que Washington podría designar a las RSF como organización terrorista expone una incoherencia difícil de ocultar.
Estados Unidos asegura ahora que quiere frenar las atrocidades cometidas por las RSF —violaciones, masacres, limpieza étnica—, pero esas mismas atrocidades llevan dos años documentándose sin que Washington moviera un dedo para detenerlas.
🔫 Las RSF han sido armadas y financiadas por los Emiratos Árabes Unidos, principal aliado estratégico de EE. UU.
Durante todo este tiempo, Washington mantuvo acuerdos militares, de seguridad e inteligencia con Abu Dabi sin exigirle que dejara de armar a los paramilitares sudaneses. Hoy, sin embargo, se declara “preocupado” por los crímenes que ese mismo apoyo hizo posibles.
🔫 EE. UU. y el Reino Unido permitieron la entrada de armamento que terminó en manos de las RSF.
Equipamiento británico transferido a los EAU acabó en Darfur. Londres siguió aprobando licencias de exportación. Washington lo sabía, pero prefirió silenciarlo.
Ahora, esa misma cadena de suministros es presentada como si fuera un descubrimiento súbito.
🔪 El genocidio de El Fasher no surgió de la nada.
Durante más de un año, organizaciones médicas y humanitarias denunciaron masacres y bloqueo de alimentos. Ninguna potencia occidental impulsó sanciones reales ni presionó para cortar la financiación de las RSF. Hoy, tras miles de muertos, hablan de “tomar medidas”.
💣 Washington dice que quiere “detener la guerra”, pero apoyó la arquitectura regional que la hace posible.
La estrategia que une a EE. UU., las monarquías del Golfo e Israel en la región ha convertido a Sudán en un campo de batalla indirecto.
El mismo sistema que protegió a las RSF ahora pretende condenarlas.
🇷🇺 Estados Unidos estudia declarar terroristas a unos actores que han actuado con la cobertura, la financiación y la impunidad garantizada por sus propios aliados. El cambio de discurso no corrige la complicidad previa: simplemente intenta reescribir el relato cuando la magnitud del genocidio ya no se puede ocultar.
🩷 Ana Qtella | @anaqtella | https://t.me/anaqtella
❓ La pregunta que España no puede evitar
Mientras Marruecos reivindica territorios españoles, expande sus fronteras marítimas, presiona con la inmigración, reprime al Rif, ocupa el Sáhara y aparece vinculado al espionaje de los más altos cargos del Gobierno…
España entrega una de sus máximas distinciones policiales al jefe de ese mismo aparato.
La ceremonia no fortalece la seguridad nacional, no amplía la influencia española y no protege los intereses estratégicos del país. Lo que hace es transmitir una imagen inequívoca de fragilidad.
❗¿De qué va realmente todo esto?
Este acto en Madrid es una declaración de prioridades.
Marruecos presiona.
Y España cede.
Marruecos reivindica territorios españoles.
Y España guarda silencio.
Marruecos espía a las más altas autoridades.
Y España entrega medallas.
La cuestión no es ya qué pretende Marruecos. Eso está claro.
La cuestión es:
¿por qué el Gobierno español actúa como si tuviera más miedo que soberanía?
¿Qué se negocia en la sombra?
Y hasta dónde llegará esta dinámica de concesiones?
Mientras no haya respuestas claras, la ceremonia a Hammouchi seguirá simbolizando una verdad incómoda: España parece dispuesta a premiar incluso a quien cuestiona sus fronteras y vulnera su seguridad.
🩷 Ana Qtella | @anaqtella | https://t.me/anaqtella
🇪🇭 🇪🇸 🇲🇦 Marruecos, Pegasus y la debilidad española
🇪🇸 La reciente imposición en Madrid de la Gran Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil al jefe del espionaje marroquí, Abdellatif Hammouchi, no es un acto protocolario ni un formalismo diplomático. Es un gesto político cargado de significado, que deja al descubierto una contradicción grave en la relación entre España y Marruecos.
La condecoración fue concedida en 2019, pero solo ahora, en noviembre de 2025, el Gobierno decide entregarla públicamente. Y lo hace en un momento especialmente delicado: la sombra del espionaje con Pegasus sigue sin disiparse, España depende de Rabat en materia migratoria y el giro sobre el Sáhara Occidental ha colocado a nuestro país en una posición de evidente vulnerabilidad.
¿Por qué entregar esta medalla ahora?
🇲🇦 Hammouchi: el núcleo del aparato represivo marroquí
Hammouchi es el hombre que dirige la DGST y la DGSN, las dos estructuras policiales y de inteligencia más poderosas del Estado marroquí. Organismos ampliamente denunciados por torturas, desapariciones, vigilancia masiva, represión en el Sáhara Occidental ocupado, en el Rif y persecución a periodistas y activistas.
Condecorarlo en Madrid supone otorgar legitimidad al corazón del sistema represivo del Makhzen, mientras Marruecos continúa ocupando ilegalmente el Sáhara Occidental y sofocando cualquier disidencia interna.
📹 Pegasus: el elemento que nadie puede ignorar
El caso Pegasus sigue abierto, pero lo esencial ya está confirmado: los teléfonos del presidente del Gobierno, de la ministro de Defensa y del propio ministro del Interior fueron infectados. Y las investigaciones periodísticas apuntan con fuerza a Marruecos.
Que el ministro presuntamente espiado sea el encargado de imponer una medalla al jefe del servicio señalado en estas investigaciones es, por sí mismo, una anomalía política difícil de justificar.
En cualquier otro país, un episodio semejante generaría una crisis diplomática.
En España, produce un acto solemne de homenaje.
🗺️ Las cesiones acumuladas: una tendencia que se consolida
Desde el cambio político de posición sobre el Sáhara Occidental en 2022, España ha ido eligiendo siempre la vía de la concesión:
⚪silencio frente a la represión del Rif,
⚪dependencia del control migratorio marroquí,
⚪colaboración policial asimétrica,
⚪y aceptación de los marcos narrativos impuestos por Rabat.
La entrega de la medalla a Hammouchi no es un hecho aislado: encaja en una pauta de subordinación creciente.
🇲🇦 Ceuta, Melilla, Canarias y las islas: las reivindicaciones de Rabat no son una teoría
Mientras España cede, Marruecos avanza. Y lo hace sin disimulo.
La reivindicación territorial no es un rumor ni una interpretación: está proclamada oficialmente por Mohamed VI.
〰️El discurso del Trono (30 de julio de 2002)
Mohamed VI declaró que:
⚪Ceuta y Melilla eran “ciudades ocupadas”,
⚪que Marruecos tenía “derechos legítimos e imprescriptibles” sobre ellas,
⚪y que las islas Chafarinas, Vélez de la Gomera y Alhucemas eran “territorios usurpados”.
Esta posición nunca ha sido retirada ni matizada. Forma parte de la doctrina oficial del reino.
〰️Mapas oficiales de 2022
La embajada de Marruecos en España publicó un mapa donde Ceuta y Melilla aparecían integradas en Marruecos. No se trató de una filtración: fue un documento institucional.
〰️Aguas de Canarias
Desde 2020, Marruecos ha ampliado unilateralmente su plataforma marítima, incorporando zonas que invaden las aguas de Canarias. Reclaman espacio marítimo… y los recursos que contiene.
⚪Declaración de Mohamed VI en noviembre de 2025
Tras la resolución 2797 de la ONU, el monarca afirmó: “Ha llegado el momento del Marruecos unificado, desde Tánger hasta La Güera, cuyos derechos y fronteras históricas nadie podrá vulnerar.”
En la doctrina alauí, esta frase abarca el Sáhara Occidental, las plazas de soberanía, Ceuta, Melilla y el control del Atlántico frente a Canarias.
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